martes, 23 de diciembre de 2008

O Pai de Migueliño

Nuestro grándisimo literato galego A. Daniel R. Castelao quiso llamarle a este niño "Migueliño" pero muy fácilmente podría haberse llamado "Alvariño", o cientos de nombres distintos, de cientos de niños galegos que vivieron una situción parecida.
Me identifico totalemente con este relato breve en extensión pero ENORME en contenido y he querido dejarlo aquí como broche para esta nueva etapa de nuestro Blog.
Espero que os guste


ORIGINAL EN GALEGO
Alfonso Daniel Rodríguez CASTELAO
(1886-1950)
"O pai de Migueliño" (de Cousas, 1926-1929)


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"O pai de Migueliño"…..O pai de Migueliño chegaba das Américas e o rapaz non cabía de gozo no seu traxe festeiro. Migueliño sabía cos ollos pechados como era o seu pai; pero denantes de saír da casa botoulle unha ollada ó retrato.
…..Os americanos xa estaban desembarcando. Migueliño e a súa nai agardaban no peirao do porto. O corazón do rapaz batíalle na táboa do peito e os seus ollos esculcaban nas greas en procura do pai ensoñado.
…..De súpeto avistouno de lonxe. Era o mesmo do retrato, ou aínda mellor portado, e Migueliño sentiu por el un grande amor, e canto máis se achegaba o americano, máis cobiza sentía o rapaz por enchelo de bicos. Ai, o americano pasou de largo sen mirar para ninguén, e Migueliño deixou de querelo.
…..Agora si, agora si que o era. Migueliño avistou outro home moi ben traxeado e o corazón dáballe que aquel era o seu pai. O rapaz devecía por bicalo a fartar.
…..¡Tiña un porte de tanto señorío! Ai, o americano pasou de largo e nin tan sequera reparou en que o seguían os ollos angurentos dun neno.

…..Migueliño escolleu así moitos pais que non o eran e a todos quixo tolamente.
…..E cando esculcaba con máis anguria fíxose cargo de que un home estaba abrazando a súa nai. Era un home que non se parecía ó retrato; un home moi fraco, metido nun traxe moi frouxo; un home de cera, coas orellas fóra do cacho, cos ollos encoveirados, tusindo...
…..Aquel si que era o pai de Migueliño.


MODESTA TRADUCCIÓN AL CASTELLANO
El padre de “Migueliño” llegaba de las Américas y el niño no cabía de gozo en su traje de fiesta. “Migueliño” sabía con los ojos cerrados como era su padre; pero antes de salir de casa le echo una mirada a la foto.
Los americanos ya estaban desembarcando. “Migueliño” y su madre esperaban en el muelle del puerto. El corazón del niño le batía en la tabla del pecho sus ojos escudriñaban la multitud en busca del padre soñado.
De repente lo avistó a lo lejos. Era el mismo del retrato, o aún con mejor porte, y “Migueliño” sintió por él un gran amor, y cuando más se acercaba el americano, mas deseos sentía el niño de llenarlo a besos. Hay! El americano pasó de largo sin mirar para nadie, y “Migueliño” dejó de quererlo.
Ahora sí, ahora sí que lo era. “Migueliño” avistó otro hombre muy bien trajeado y el corazón le daba que aquel era su padre. El niño deseaba besarlo hasta hartarse.
¡Tenía un porte de tan señoríal! Hay! El americano pasó de largo y ni tan siquiera reparó en que lo seguían los ojos humedecidos de un niño.
“Migueliño” escogió así muchos padres que no eran y a todos quiso totalmente.
Y cuando lo buscaba con más angustia se dio de cuenta de que un hombre estaba besando a su madre. Era un hombre que no se parecía al de la foto, un hombre muy flaco metido en un traje muy flojo; un hombre de cera con las orejas sobresaliéndole, con los ojos hundidos, tosiendo……
Aquel sí que era el padre de “Migueliño”
Álvaro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy lógico que sea Álvaro el primero en poner un artículo en el nuevo blog viendo que fue el primero en hacer un (dos)comentario(s). Y muy propio que fuera con un emotivo cuento de Castelao ("En Galiza non se pide nada. Emígrase"), que representa un poco el alma de esa esquina peninsular que no sólo se identifica con Rosalía, aunque también.
Un saludo,