jueves, 22 de enero de 2009

Habemus President!

Nunca había visto tanta resonancia mediática en la toma de posesión de un presidente de EEUU, a la sazón emperador del mundo. Tal vez había degenerado tanto la política del anterior (no voy a calificarlo como se merece porque ya lo han hecho todos menos el de Valladolid) que todo el mundo necesitaba ya ese cambio. No recuerdo que ningún presidente anterior provocara tanta expectación ni ganara por tanta diferencia. Esperemos que tarde mucho en desvanecer tanta esperanza puesta en él. Parece que en todos los lugares se ha encendido una luz que se le entrega para que le guíe en lo que dice que va a hacer.
El discurso del grandioso acto no tiene desperdicio y entresaco algunos párrafos que me parecen muy interesantes:

Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era.

Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer.

...esta crisis nos ha recordado que, sin un ojo atento, el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos.

...a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.

...podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta.

Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz.

A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.

Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo.

Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.

Para los que esto les haya parecido poco, pueden ver el discurso completo aquí
Es curioso que acabara el discurso con el consabido "que Dios os bendiga, que Dios bendiga a America", pero no el habitual "So help me God" (Que Dios me ayude). Digámoslo los demás: So help him God

Si queréis ver unas buenas fotos del espectacular acto entrad aquí

Y aquí veréis el recibimiento que le preparó el Gran Wyoming (como buen compatriota) y sus chicas del Intermedio.

Un saludo y que Dios nos coja confesados,
Félix

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece que el habemus le va mucho al nuevo presidente de los EEUU,se nota un tufo bastante a ideas cristianas o cristianizantes,con el DIOS bendiga a America.
Habla de ser amigo de todos los pueblos,pues la primera orden seria salir de IRAQ,ya,llamar al orden a el ejercito fascista de ISRAEL,A nacionalizar la banca,a gestionar una sanidad publica para todos,sin los negocios de las compàñias de seguros medicos,a conseguir que millones de americanos dejen de estar en la mas absoluta de la miseria.
Es un reto bastante grande,donde los que mandan son las multinacionales que ven el negocio alli donde hay guerras,donde hay hambre(se invierte en bolsa para especular con los alimentos,con el trigo ,etc....Es una forma mas de explotacion del hombre por el hombre.Pero creom que Duios no ha tenido ni tiene que ver nada en esto de que nos coja confesados,La confesion ha sido una acto de sumision y lo sigue siendo,a una panda de personajes,que valiendose de las confesiones pudieron delatar a compatriotas suyos al regimen frasnquista y fueron fusilados.
Asi que yo me creo muy poco el mensaje del señor OBBAMA.
paco