sábado, 12 de diciembre de 2009

Ruta de los menhires de Valdeolea

Ayer por fin me tocó monte. Fuimos a recorrer la denominada ruta de los menhires de Valdeolea. Parece ser que en el Neolítico, hace unos 5.000 años, grupos humanos se establecen de forma sedentaria en el actual valle de Valdeolea, en el sur de Cantabria, convirtiéndose en agricultores y ganaderos.
En cuanto al origen o significado de estos monumentos megalíticos, no hay datos suficientes para elaborar una teoría ampliamente reconocida y sí diversas hipótesis. Hay quien lo relaciona con los cultos solares, tan frecuentes en esas sociedades prehistóricas, porque parece que tienen una alineación Sudeste Noroeste, similar a la derrota solar durante el solsticio de verano. Otros interpretan estas piedras simplemente como mojones que delimitaban el territorio de los distintos pobladores de la ribera del Camesa y sus alrededores. Hay incluso quien lo explica diciendo que están asentados sobre la vertical de una corriente subterránea que hace ángulo recto con otra corriente situada a mayor profundidad.
En la ruta se han encontrado ocho ejemplares y lo curioso es que son de arenisca y están instalados en tierras calizas, de lo cual puede deducirse que fueron acarreados desde varios kilómetros.

El Cañón o Piedrahita antes de su restauración todavía estaba hincado, pero tan inclinado que recordaba a un cañón. Tiene 3,68 metros de altura, dominándose desde su emplazamiento una completa panorámica del valle y su entorno.
El Peñuco tiene 4 metros de altura y está en un paraje denominado Mandafril, cercano al pueblo de Bercedo y divisándose los pueblos de Las Henestrosas, La Quintana y Las Quintanillas.
El Cabezudo es el mayor de los menhires de Valdeolea y uno de los más grandes de España, con 4,85 metros de altura. Antes de su restauración estaba partido en dos mitades.
La Llaneda tiene 3,78 metros de altura y había sido derribado y desplazado de su emplazamiento original, que se desconoce, por lo que se ha levantado en un lugar de fácil acceso desde la carretera.
La Puentecilla es uno de los más pequeños, con 2,35 metros de altura, y ha sido restaurado porque estaba partido.
Las Matorras I y II están juntos y son los más pequeños, con 1,60 y 2,20 metros respectivamente.
Por último está Peñahincada, también conocido como "Piedra de Sansón", ya que una leyenda asegura que el legendario forzudo lo lanzó desde un alto cercano quedando clavado en este lugar. Tiene 3 metros de altura y hasta su restauración permanecía hincado, aunque bastante inclinado.
Y toda esta ruta está muy bien si al terminar repones fuerzas en el restaurante de la Casa Rural Molino la Vega, muy cerca del final del recorrido.
Un saludo,
Félix

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