lunes, 14 de junio de 2010

Fútbol femenino de 1ª división

El Reocín Racing ha ascendido a la máxima categoría del fútbol femenino, la Superliga. Ha sido la traca final a una gran campaña protagonizada por las cántabras, además de un justo premio a todo el esfuerzo, el sacrificio y la fe de las jugadoras. Y el ascenso llegó de la mejor forma posible. Cuando nadie lo esperaba, puesto que dependían del resultado entre el Oiartzun y el Extremadura. Las verdiblancas habían superado ampliamente a las vascas en casa por 4 a 1 y, tras caer derrotadas por la mínima en Almendralejo, dependían de que estas batieran a las extremeñas por menos de cinco goles para poder alzarse con su objetivo del ascenso.
Un grupo de jugadoras, familiares, miembros del cuerpo técnico y seguidores del Reocín Racing se desplazó para presenciar el partido entre sus rivales, dispuestas a vivir cada instante del duelo que las podría llevar a la gloria. El partido no decepcionó: cuando todo parecía indicar que el encuentro terminaría en empate, el Oiartzun consiguió el gol de la victoria, echando tierra sobre las ilusiones del Extremadura y provocando el éxtasis colectivo de las jugadoras cántabras que vivieron el partido desde la grada. Al pitido final, las del Reocín saltaron, sin pensarlo dos veces, al césped y celebraron el ascenso a la máxima categoría. Risas, alguna lágrima emocionada y sobre todo la tranquilidad del trabajo bien hecho y de las expectativas cumplidas.
El entrenador José Antonio Terán señaló que tras una década en el fútbol femenino, había llegado la recompensa tanto tiempo buscada. «Lo merecíamos, el esfuerzo que hemos hecho se ha visto recompensado». Aseguró que el buen ambiente de trabajo ha sido una de las claves del éxito y aprovechó para agradecer el apoyo prestado por el Ayuntamiento y sobre todo, por el Racing, que «ha supuesto un enorme apoyo para el club». A partir de ahora, explicó, el objetivo será afianzarse en la Superliga.

En primer término, a la derecha, está José Ramón Martínez (mi cuñado), cuya pasión y cabezonería han sido necesarias para que se jugase al fútbol femenino en Cantabria y encontrar espacio para que la actual capitana, Silvia Martínez (mi sobrina), pudiera practicar el deporte que le gustaba. Se merecen que se les recuerde convenientemente.
Un saludo,
Félix

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