viernes, 30 de marzo de 2012

Ejemplo de para qué sirve la nueva ley

El efecto quizá más llamativo (y detestable) de la nueva ley laboral es que se puede despedir porque sí, y especialmente de manera selectiva a quien más te moleste, incluso entre los trabajadores públicos, tema que, por cierto, a algunos, al menos al principio, les parecía una cuestión de justicia (cuando de justicia sería que nadie fuera despedido, ni de lo público ni de lo privado, de suerte que el afán debería ser igualarnos por arriba, no por abajo).
Esta ley ya se ha utilizado en Liérganes (ver El Diario Montañés) para expulsar a dos policías locales por parte, curiosamente, de un alcalde del PSOE, que se oponen a la reforma, pero pensarán que a nadie le amarga un dulce, sobre todo si habían sido nombrados por el anterior alcalde del PP. Pero no los han devuelto a su anterior puesto de funcionarios municipales, no, los han enviado a la calle. Ellos, que llevaban toda la vida sin derechos laborales ni subidas de sueldo, o incluso bajadas, debido a que su puesto de trabajo era para siempre: les han engañado dos veces.
Otro caso es la destitución del director de Radio Chinchilla, eso sí, el alcalde ya le había advertido que tuviera cuidado, que su mujer debía estar calladita porque era concejala del PSOE, que no debía permitir el derecho de réplica en la radio a la oposición… Hasta que el bueno de Marto Egido le expresó a su alcalde que no estaba de acuerdo y esgrimía el Derecho a la Información ante la Censura y entonces se terminó de dar cuenta de que quien estaba ante él “era el Alcalde” y de él se esperaba que fuera “la voz de su amo”, como cuenta en la carta de despedida a sus compañeros de prensa.
Un saludo,
Félix

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