domingo, 11 de mayo de 2014

Cántabros y asturianos...

...primos hermanos. Este es un dicho muy de aquí. No sé si en Asturias se dirá algo parecido. A lo mejor por eso (y por mi vivencia asturiana de antaño, claro, y por mis amigos asturianos, claro) me gusta este amplio texto que he encontrado en Facebook, de un tal David Iglesias Granda. Aunque tópico, me parece gracioso, realista y hecho quizás desde la morriña del que está fuera de su tierra. No sé si a los cuatro asturianos que me leen les gustará. Bueno será saberlo.
Algunas cosas que tienes que saber antes de ir a Asturias y juntarte con los asturianos.
Asturias está al norte, eso te suena. Llueve mucho y, por lo general, se alimentan de fabada y sidra. Bien, no vas tan perdido. Todo eso es verdad, pero aún hay más. Y es que, aunque a desconocidos nos ganan los cántabros, desde la Reconquista parece que no hemos vuelto a hacer nada. Sólo salimos en las noticias por asuntos turbulentos, catástrofes o porque los mineros la están liando parda; y eso cuando salimos. Esto último nos gusta, siempre nos han gustado los follones. Una herencia de nuestra historia, quizá. De ahí a que no nos guste que nos mires con indiferencia.
Aún así, los asturianos somos muy majos y nos llevamos en armonía con todas las comunidades, sin embargo, para los que aún no hayáis puesto un asturiano en vuestra vida, os confesaremos un secreto: somos muy PATRIÓTICOS.
Por nuestra bandera bajo el brazo nos reconocerás. Y por el culín de sidra, también. No somos monárquicos, pero porque resucitar a Pelayo es complicado; ni muy religiosos, aunque todos llevemos una Santina en el corazón. Y así, con tanta contradicción venimos de una tierra inexorable a la que amamos, pero a veces también odiamos (como cuando quieres sacar un vuelo y comer el mismo mes). Un paraíso del que muchos hemos tenido que huir, pero del que siempre nos oirás decir “yo me retiro en Asturias”. Cuando te expliquen todo eso, tu sonríe.
Curiosidades sobre Asturias y sus paisanos.
Si no nos entiendes, no nos estaremos dando cuenta.
Sí, en Asturias hay una lengua propia: el bable. No es oficial, pocos lo hablan perfectamente y no se estudia en la mayoría de las escuelas. Sin embargo, muchas de sus palabras están grabadas a fuego en nuestro interior y son parte de nuestro vocabulario habitual sin darnos cuenta.
Un asturiano no es consciente que habla bable hasta que no cruza el Negrón, momento en el que descubrirá que un tajalápiz, una pota, tendal, el rodillo, marchar o picar no existen. Al menos tal y como nosotros lo entendemos.
Los asturianos por lo general hablamos muy alto. No es que estemos enfadados ni queramos jaleo, es que somos así. También hablamos muy rápido.
A nosotros no nos gustan las cosas, nos prestan. Ni tampoco tenemos tabernas, sino chigres, aunque Chicote se haya empeñado en renombrarlos. Si empujamos emburriamos y si marchamos no nos esperes, no vamos a volver.
La sidra es asturiana. Ni vasca, ni escocesa ni bobadas. Sidra = a Asturias. No todos los asturianos saben escanciar. Si tu amigo te dice que no, no insistas o acabarás pingando. El vaso se comparte. El poso (el último sorbo) se tira al suelo para limpiar el vaso de las babas del resto, aunque la versión más romántica dice que es para devolverle a la tierra lo que es suyo. Si te dicen sidra a esgaya, di no, por tu bien. A esgaya no es la marca de la sidra. Nos gusta comer bien.
En Asturias se come mucho, tanto que si quedas con hambre insistirán en freírte un huevín (no se conocen casos en los que hiciese falta). Una fartura es lo que sentirás tras una fabada, los escalopines al cabrales, el cachopo, las tortas o unas casadielles. Y si decides probarlo todo junto, quizá ya estés muerto para entonces.
El cachopo NO es un San Jacobo. Cada cachopo es diferente y puede estar relleno de mil historias. Un consejo, compártelo. Pocos han logrado terminárselo. Prueba el pastel de cabracho, no querrás comer otra cosa
“En Asturias siempre llueve”
En Asturias llueve, sí, pero a veces también sale el sol. Los asturianos no se quedan en casa porque llueva. No lo harían ni durante el Diluvio Universal. Es verdad, hace frío. Pero eso no nos impide ir a la playa si es agosto, incluso si está orbayando. ¡Es agosto! La primera lección que aprendemos desde bien pequeños es que si hay tormenta salgamos del agua. En invierno no hace más frío que en otros sitios. El problema es que ese mismo frío también lo puede hacer en verano. Y sí, seguimos yendo a la playa. Nunca salimos de casa sin chaqueta, incluso en pleno julio a 27 grados (sí, algún día llegamos a esa temperatura). Vivimos constantemente en un “por si refresca”. En Asturias podría haberse grabado Juego de Tronos.
La peor resaca no es la del alcohol
El Cantábrico no es una piscina de olas, ni la resaca un estado físico de los domingos, que también. Aquí una ola te puede matar. Presta atención a las zonas de baño y a las banderas. Es tierra de surferos, y muchos de ellos son bastante flipados (espero que ninguno de ellos me lea), por lo que respeta la zona de baño si no quieres acabar con la cabeza abierta. Está comprobado. Saltar las olas mola, y dicen que el agua congelada tersa la piel (esto todavía no nos ha hecho efecto, pero es una motivación más para seguir bañándonos cada verano). Cada vez es más complicado volver. Disfruta del viaje
El Negrón es nuestro teletransporte. Este túnel interminable que separa Asturias de León es el que utilizamos los asturianos para pasar del invierno al verano. El transporte público es Alsa. Alsa es asturiana.
Gijón y Oviedo se odian, no es ningún secreto. De Avilés sólo creen que es feo. No lo es. Avilés mola. Sin embargo, a las fiestas más populares como El Sella, el Carmín de Pola, el Xiringüelu, etc. vamos todos en masa y nos queremos. La gente es maja, igual es por el alcohol. Las mejores bromas telefónicas han salido de aquí. ¿Cómo? ¿Qué aún no conoces a Diego gallu?
Nuestro rey es Pelayo, más conocido como el que echó a los “moros visigodos a pedradas”.
Nuestra virgen es la Santina (Covadonga), querida incluso por los ateos. El 99% de los coches llevan una pegatina de la Santina “Tu conduces, ella te guía”. Bueno, igual estoy exagerando. Fernando Alonso es un rancio. Somos muy patrióticos
Esas casas de madera, cuadradas, con tejado y un poco inestables no son chabolas, son hórreos. Casi no quedan jóvenes, muchos hemos tenido que emigrar. El famoso lema “Asturias o trabajas” ha dejado de tener gracia. Todo asturiano, sin importar en qué parte del mundo esté, tiene una bandera en su casa. De hecho, en cualquier evento o manifestación hay una bandera asturiana. Nos la regalan con el periódico cada 8 de septiembre. El 8 de septiembre es el Día de Asturias. El himno de Asturias es, posiblemente, el más famoso de España. A todo asturiano se le saltan las lágrimas con la canción Asturias de Victor Manuel. Canción presente en todas las fiestas populares e incluso bares (aunque en estos últimos es reemplazada por la de Melendi que, aunque a muchos no les cae bien, la canción bien que la bailan).
Otra canción para levantar el sentimiento más asturiano, incluso sin tener familiares ni amigos mineros y sin venir de la Cuenca, es “Santa Bárbara Bendita”, el himno de los mineros. También tenemos una versión rapera: Un asturiano en Madrid, de Dark la Eme (es bastante hortera pero, como se habla de nosotros, nos gusta). Los asturianos somos gente maja, sociable y, en general, bastante abierta, por lo que si te sientes agradecido, en deuda o simplemente te cae bien suéltale un Puxa Asturies. No necesitará más.
Tips para integrarse como un asturiano: - Bebe mucha sidra - Baja el Sella - Cómprate una bandera - Báñate en el Cantábrico y di que “el agua está muy buena” (aunque sea mentira) - Incluye un ho después de cada frase - Come como si no hubiera un mañana.
Un saludo,
Félix

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